por Juan Ponzio.

Finamente nuestro ídolo cruzo la meta de llegada, recibiendo la bandera a cuadros por ultima vez, en esta carrera de largo aliento que el destino le tenia preparada.

Hace varios años llego al Club, de la mano de un socio, la atraccion fue inmediata y reciproca, se involucró afectivamente con todos nosotros y paso a ser un asistente de lujo permanente en almuerzos y cenas.

Es que este personaje era increíblemente entrador y afectuoso, protagonista de mil anécdotas, en la que todos quedábamos atrapados, ocurrente hasta el  extremo de hacernos reir de alguna de sus imposibilidades.

Su exitosa trayectoria deportiva, ya es ampliamente conocida por la mayoría de nosotros, demás estaría reflotarla en este espacio, que esta deidicado al hombre.

Lo importante para nosotros es haber gozado de su amistad y haber contribuido en hacerle mas ameno, el ultimo trayecto de su vida.

Fue protagonista del gran premio, que organizamos en su honor y en memoria de su padre Giuseppe, en el autodromo municipal. Ese día, giró varias vueltas como copiloto en una Giulia de carrera y disfrutamos de su sincera e inconfundible sonrisa.

Se lo nombro socio honorario. Se gestionó con éxito, una pension mensual ante la A.C.T.C., entidad que organizo una cena a beneficio, en la que participaron la mayoría de los pilotos del Turismo Carretera.

Tambien pudimos interceder para mejorar su precaria asistencia medica, logrando que el Hospital de San isidro lo atendiera de forma distiguida.

Seguramente extrañaremos a nuestro Tano querido, representante de la marca que nos identifica. Sabemos, sin dudas que ya esta en un mejor lugar.

Deja en nosotros, Club Alfa Romeo, su huella imborrable.

Addio Caro Andrea