Preparense porque están a punto de leer una de las historias más increíbles de los últimos tiempos (al menos para nosotros, los alfistas).
El tipo al que están por conocer se llama Jethro Bronner, un estudiante universitario de Sudáfrica que luego de vender su GTV 116 se dispuso encontrar una Giulia Sprint (la entrañable Bertone), y lo hizo. En pedazos.
A los pocos días de comenzar la busqueda encontró en un pueblo cercano una Bertone que había sido abandonada en medio de una restauración, o sea que se encontraba en buen estado pero desarmada. La restauración le tomó dos años y medio, con paciencia (mucha paciencia) el auto volvió a brillar como en sus mejores años.
Algunos meses después en una charla entre amigos surgió el agotado tema de la confiabilidad de los Alfas, y la frase que marcaría el destino de Jethro para siempre: “apuesto que un Alfa 105 podría cruzar el Africa de punta a punta”. Fue así que de un día para el otro y de manera inesperada se encontró con una sola idea en su cabeza; unir la ciudad de Dargle, su ciudad natal en Sudafrica, con su homónima, la pequeña ciudad de Dargle en Irlanda.
Si. Escucharon bien. En un mundo donde a veces escuchar el ronroneo del motor luego de girar la llave puede ser toda una odisea, un hombre decide que esas pequeñas victorias mundanas no son suficientes y redobla la puesta de su amigo lanzandose a la aventura de unir tres continentes en una Alfa Romeo Giulia Sprint de 1964 en lo que decidió llamar “Dargle to Dargle”.
Detengámonos por un segundo, miremos el mapamundi (ok, GoogleMaps). Estamos hablando de cientos, de miles de kilómetros de desierto, montañas, selva, temperaturas por encima de los 40ºC y por debajo de los -10ºC.
Imaginamos entonces que nuestro amigo deberá realizar importantes modificaciones para semejante empresa. Por supuesto. Decidió colocar un tanque de nafta de mayor capacidad y remover el asiento trasero para ampliar la capacidad de carga. Y listo. Esas son todas las modificaciones que se hicieron al auto para afrontar una odisea que hace que el Dakar y sus mega maquinas parezcan un chiste.
La aventura en la que se embarcó nuestro amigo se transformó en cientos de historias, desde un embotellamiento de terror en Egipto hasta un concurso de autos clásicos en Nairobi y una infinidad de personajes y amigos como el Club Alfa Romeo de Israel a donde llegó justo a tiempo para un nuevo encuentro mensual de alfistas.
Los que hemos convivido con autos clásicos sabemos lo que significa encarar una aventura a bordo de estas “falibles” máquinas… Aunque el destino sea el Puerto de Frutos del Tigre y no un pequeño poblado a tres continentes de distancia, la adrenalina y la incertidumbre serán protagonistas. Pero la fiel Giulia solo tuvo un percance técnico a lo largo de la travesía y fue (créanlo o no) en Italia, más precisamente en Milán. Fue un problema con los carburadores que afortunadamente pudo ser solucionado para que la épica travesía continuara y pusiera a este alfista empedernido en carrera nuevamente.
El viaje aún no termina pero se encuentra en su último trayecto a pocos kilómetros de Dinamarca y continúa dejándonos postales increíbles.
Saludamos a Jethro y su pequeña Giulia Sprint! Salud alfista!