El sábado pasado, 25 de Julio, volvimos a reunirnos en la sede de Victoria. En esta ocasión queríamos comentarles a los socios el estado de situación con respecto al asunto de la no renovación del Convenio que nos vincula con el CAS, por el cual disfrutamos del uso de la locación de Simón de Iriondo. En ese sentido, lamentablemente y pese inclusive a haber hecho esfuerzos personales, la actual Comisión Directiva del CAS ha decidido no renovar el Convenio, lo cual nos obliga a buscar nueva sede para el 1ro de noviembre próximo. Algo hemos avanzado en eso y, justamente, quisimos hablarlo con los socios que se hicieron presentes, quienes ayudaron a nuestra Comisión a reflexionar e ir redondeando una propuesta que se someterá a la consideración de los asociados en Asamblea Extraordinaria que será convocada próximamente.
La buena disposición y el afecto compartido fueron, una vez más, el impulso de una reunión cordial y amena, que se inició con una barra esta vez atendida por un mozo que, indicaciones mediante, nos sirvió unos ricos tragos, todos en derredor del Aperol y el Red Bitter y, a falta de prosecco, el muy agradable champagne extra seco 900 Cuvée provisto por nuestros amigos de la Bodega Dante Robino. Los tragos fueron escoltados por una suerte de exposición, no selección, de bruschettas, y si se utiliza la palabra exposición, es porque los deliciosos bocados incluyeron una cantidad apreciable de ingredientes y combinaciones que, sabiamente, nuestro Chef Maurer elaboró obedeciendo a su sola inspiración, y el sábado estaba de verdad inspirado.
La charla sobre nuestros Alfas y algunos anticipos sobre el tema de la sede -de lo que informaremos oportunamente en nuestro website- nos fueron acercando al salón comedor para iniciar el almuerzo. Y aquí cabe un comentario: en tren de optimizar la relación con quienes nos dan soporte en nuestra reuniones, nos sirven y procuran que nuestra estada sea más agradable, decidimos tomar el tema como una cuestión personal. Así, este fue el tercer almuerzo servido en base a un menú elaborado por el Chef Maurer a pedido y con expresas indicaciones de quien suscribe. Acompañado con los riquísimos vinos de Bodega Dante Robino, el principale fue un Standarte Tricolore, suculento plato de cintas caseras verdes y blancas con salsa bolognesa, soberbiamente manufacturado. El postre fue una delicia que raramente pude saborearse por estos lares, una Panna Cotta exquisita, ejecutada con singular maestría. La satisfacción de los comensales fue tal, que decidieron reconocer al Chef cerrando la comida con un agradecido aplauso.
Hasta la próxima!