En 1974 Alfa Romeo dejaba en manos de Giugiaro la tarea de crear la heredera de la exitosa Giulia Sprint, el remplazo de la serie 105 no sería una tarea fácil. El proyecto contaba como punto de partida con el excelente chasis de la Alfetta con distribución de pesos casi perfecta gracias a su motor delantero, caja sobre el eje trasero y el puente De Dion derivado directamente de la experiencia en competiciones con las Alfetta 158/159, era una receta que incluso para los estándares modernos resulta radical.
Giorgietto Giugiaro demostraría estar a la altura para vestir esa tecnología con una obra de vanguardia, con 6 años de desarrollo y que sería directo descendiente del prototipo Iguana. El resultado fue uno de los diseños clave de la época de los autos de “papel plegado”. No sólo fue una fiesta para los ojos, en un tiempo en que predominaban las formas vulgares, sino que proyectó su influencia hacia adelante en el tiempo, con un efecto duradero sobre las tendencias del diseño automotriz.
La Alfetta GT/GTV es una verdadera coupé deportiva. Desde una estlística depurada, inteligente y realmente sexy, pasando por el manejo poco común y la tenida impecable que regala un chasis casi perfecto, hasta un biálbero que suena como una orquesta sinfónica. Es una máquina hecha pensando en el conductor, no en su comodidad, ni en su funcionalidad, ni siquiera en su ergonomía, sino en otorgarle el mayor placer de conducción al volante.
Para conmemorar los 40 años de semejante obra de ingeniería y diseño italiano invitamos a los socios del Club a compartir sus experiencias con este particular modelo.
Ricardo Gattoni – Alfetta GTV 2.0
Compré mi Alfetta GTV 1984, de las últimas que entraron al país, en 2003. Fue un amor a primera vista.
La historia del auto había sido interesante, y por suerte había pasado por pocas manos.
Su primer dueño fue el Arq. Ricardo Follet, quien proyectaba obras industriales. El segundo fue Gustavo Piersanti, sucesor actual de la dinastía Piersanti integrada por Fernando y Osvaldo anteriormente, y editor del programa y del blog Escala Clásica.. Él se la vendió a un médico anestesista del Sanatorio San Lucas, que me la vendió a mi.
Me hice socio del Club Alfa Romeo en 2005, y comencé a participar con el auto activamente en Endurances, Rallies y Habilidades Conductivas.
la Alfetta me dió enormes satisfacciones, y también algunos despistes, más por culpa mía que de la máquina que conducía.
Nos divertimos juntos como locos, y en 2011 decidí hacerle un arreglo completo. Motor, embrague, sincronizadores de caja (el talón de Aquiles de la Alfetta) que por no funcionar hacían muy deportivo y divertido su manejo, y pintura fondo la dejaron como nueva, impecable. En 2012 la vendí y actualmente está en la Provincia de San Juan, la compró un cliente de la empresa en que trabajaba. No tuve más noticias de ella. Espero que esté tan bien como yo la vendí.
Fue un auto noble, que me aguantó muchas vehemencias, doblaba y frenaba francamente y el sonido que tenía era fantástico.
Muchas veces la extraño, pero fue una etapa superada. No me arrepiento de haberla dejado ir.
Reiteramos el pedido a los socios poseedores de vehículos de la linea Alfetta GT/GTV o Sprint Veloce que quieran compartir sus experiencias.
1 comment
Mi anécdota es apriorística: conseguí una Alfetta GT hace algunos años. En principio iba a ir al FIA GT histórico, pero cuando me.percaté de que quedaban pocas, di marcha atrás y decidí restaurarla a fondo. En eso estoy, por suerte, dí con una 2000 insalvable pero con todas sus piezas que me da un respaldo tranquilizador, por si se rompe algo !